viernes, 18 de mayo de 2018


Situación de la pérdida y degradación de suelos en Colombia,  conflictos de uso del suelo, Propiedades del suelo y su relación con la degradación.

Existen muchos documentos que nos ilustran y nos ponen en contexto la problemática evidente por la perdida y degradación de los suelos en Colombia, pero cabe peguntarnos ¿Cuantos colombianos conocemos dichos documentos, o quizá que porcentaje de la población Colombia es consiente del impacto negativo que se está presentando y que cada día es más severo?
Si bien nos damos cuenta y según cifras entregadas por el Dane más del 50% de la población colombiana vivimos en zonas urbanas, esto arribo a las grandes ciudades se presentó a medida que el conflicto armado crecía.  Podemos decir que desde los años 90 la población se concentró en zonas urbanas, al día de hoy se tiene una juventud de 15 a 25 años que no conoce vivo en zonas rurales, que no tuvo la fortuna de entender como la naturaleza misma nos daba todo para subsistir y así cuidar de ella.
De acuerdo a lo expuesto por Camila Pinzón y Jorge Curiel Yuste en su libro El monitoreo de suelos en los procesos de restauración ecológica, lo inventarios a  nivel mundial indican que el 25% de los suelos a nivel global han sido degradados a causa de la erosión, la contaminación atmosférica, la agricultura y la ganadería extensiva, la deforestación, la salinización, la urbanización  y la desertificación.  De hecho, la degradación de los suelos y la pérdida de sus servicios eco sistémicos es uno de los problemas ambientales más serios que enfrenta el planeta”.
Según Carolina Olivera, consultora sobre el uso sostenible de suelos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el suelo tiene once servicios eco sistémicos que van desde la identidad cultural hasta la parte biótica: regulan el agua y el clima, sostienen la producción vegetal, capturan carbono, controlan desechos y contaminantes, almacenan nutrientes y proveen el 95% de los alimentos que actualmente consumimos. “A 20 centímetros del suelo hacia arriba empiezan las interacciones de la cadena trófica.
En el suelo se lleva a cabo las actividades más importantes para la producción de todas las especies, son sistemas ecológicos vivos en los que habitan una inmensa comunidad de microorganismos, que enriquecen los suelos y que a causa del mal uso, en estos momentos los suelos son muy pobres en dichas poblaciones.
En los suelos se cumplen los roles más importantes para la productividad. Son sistemas ecológicos vivos en los que habita una comunidad inmensa de microorganismos. Pero, según datos del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), de los casi 115 millones de hectáreas que conforman el país, cerca del 30% (32 millones de hectáreas) presentan usos inadecuados por parte de agricultores.
De esa cifra, el 15% corresponde a suelos afectados por sobreutilización o por la sobrecarga de la agricultura y la ganadería (suelos no aptos para tal fin) y el 13% restante está siendo subutilizado (terrenos desaprovechados para su verdadera vocación). “La agricultura y la ganadería están acabando con los suelos, y esto se debe a que no respetamos la vocación”, dijo Juan Antonio Nieto Escalante, director del IGAC.
Esas cargas y vacíos sobre el suelo lo erosionan. De acuerdo con el primer mapa de degradación de suelos, presentado por el Idean, el 40% de la superficie continental tiene algún grado de erosión y el 3% presenta erosión severa, al punto que es muy difícil, costoso y demorado recuperarlos. Tanto así que para que un centímetro de suelo se restaure, son necesarios 100 años. Por eso “hemos llegado a la conclusión de que el suelo es un recurso no renovable a escala humana”, aseguró Olivera.
Del total de área de ecosistemas terrestres, el 4% se ha perdido para siempre y nunca podrá regresar a su estado natural, y la Lista Roja de Ecosistemas Terrestres de Colombia alertó que el 22% de los ecosistemas están en peligro y 42% ha sido catalogado con afectación mínima. Y lo peor: de los 32 departamentos que tiene el país, 24 presentan mayor concentración de ecosistemas intervenidos que naturales.
Más que simples cifras, los datos arrojados deberían permitir que la actividad agropecuaria y el desarrollo de infraestructura en Colombia tengan una guía ambiental. Que así como el hombre les metió la mano a los bosques, le meta la mano al ordenamiento del territorio, que es, en últimas, darle espacio y tiempo a las políticas.
El problema es que, como dijo Susana Vélez Haller, especialista en política forestal y cambio climático del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), “nuestra planeación es muy inmediata. La producción agrícola se da con base en la necesidad del campesino y del productor. Pero se debe mirar la vocación de los suelos produciendo lo que realmente pueden soportar y buscar una diversificación en la producción que permita que los suelos se recuperen. Tenemos, por ejemplo, ganadería en suelos que no son ganaderos porque son frágiles y por tanto la producción es baja. Si hacemos ganadería en suelos aptos para ganadería se evitaría la deforestación asociada a la búsqueda de nuevos espacios de producción”.
En esto coincidió la consultora Carolina Olivera: “El ordenamiento territorial está hecho teóricamente sobre la capacidad del suelo. El problema es que estamos equivocados en el uso del suelo y no estamos utilizando los estudios que existen del IGAC”.
Y Camila Pizano, investigadora del Instituto Humboldt, apuntó que “en ningún plan de ordenamiento territorial en el país se tienen en cuenta los suelos. De hecho, nuestra planeación es tan absurda que los mejores suelos del país, los cuales tienen la mayor vocación agrícola, van a quedar bajo asfalto y concreto porque no hay una ley que organice el uso del suelo y los impuestos según la vocación de los suelos”.
Tres ejemplos claros muestran este panorama: Bogotá y Tunja en el Altiplano Cundiboyacense, Pereira, Cali, y Armenia en el Valle del Cauca, e Ibagué en el Valle del Magdalena. “En todas estas ciudades, donde se encuentran algunas de las mejores tierras del país, los precios de la tierra y los impuestos son tan altos, que no hay ninguna opción de uso del suelo viable que no sea la urbanización. Se sigue promoviendo la urbanización de los mejores suelos del país”, dijo Pizano.
Colombia es un país de regiones. “No se puede medir con la misma vara a la Orinoquia, a la Amazonia y a la región Andina. Todas tienen una realidad socio ecológico, un nivel de ocupación y un desarrollo muy distinto. Eso no se ve reflejado en las políticas de desarrollo territorial”, aseguró Hernando García, del Humboldt.
En ese contexto, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró que 2015 es el Año Internacional de los Suelos, con el objetivo de promover una mejora de las prácticas porque la ocupación de áreas protegidas, los conflictos de uso del suelo y la presencia de actividades como la ganadería, la agricultura, la minería y la vivienda no corresponden con la oferta ambiental.


Bibliografia.
Por María Paulina Baena Jaramillo

Protocolo de degradación de suelos y tierras por erosión. MAVDT - IDEAM - IGAC, Bogotá D.C., Colombia. 225 p

 Erosión Eólica.

Si comparamos los agentes que generan algún tipo de erosión  y hacemos énfasis en el viento, podríamos imaginar que su efecto no puede generar  un riesgo critico como lo puede ser en este caso el agua, pero resulta de alto riesgo cuando este viento afecta zonas secas, acá adquiere una importancia notable.  No es de desconocer que en estas zonas áridas el viento a llevado a la formación de los desiertos lo cual ha constituido una superficie importante en todo el mundo.
El viento por sí solo no genera mucho impacto sobre el suelo o las rocas, pero si es de especial atención tener en cuenta que al momento de que empieza a ser arrastrado partículas y va tomando fuerza y peso, logra que el golpe contra las rocas y los suelos, se vaya generando el tipo de erosión eólica.
Con estos definimos que la erosión eólica se produce en zonas áridas como los desiertos y altas montañas, además tiene características importantes  como las diferencias en temperaturas permitiendo que las rocas se partan y la erosión  eólica se comporte de manera más efectiva.
Generalmente se llama desierto a un área cuya precipitación media anual es inferior a 250 mm y donde en la mayoría de los casos, la evaporación excede a la precipitación como resultado de una temperatura media alta. Debido a la falta de humedad en el suelo y en la atmosfera, los rayos del sol inciden con fuerza. Las temperaturas durante el día pueden alcanzar los 55 °C a la sombra; durante la noche, el suelo del desierto irradia el calor a la atmósfera y las temperaturas pueden descender hasta el punto de congelación.
Las dunas son como montaña de arena que se forman en los desiertos, aunque también lo hacen en el borde de los lagos y del mar, donde los vientos son fuertes y tienden a soplar en una sola dirección. Los campos de dunas se extienden a lo largo de miles de kilómetros cuadrados en los desiertos del norte de áfrica, en la península Arábica y en así central.
El viento, al mover los granos de arena, causa el crecimiento en altura de las dunas, así como su traslado. Una duna en crecimiento puede desplazarse hasta 30 m por año. La cara que opone al viento es siempre más larga y menos empinada que la cara contraria.
Los depósitos de dunas antiguas que quedan enterrados se transforman en arenisca, la cual presenta una estratificación asimétrica, llamada estratificación cruzada, que revela la dirección del viento que la originó.
Las formas como se hace más efectiva la erosión eólica para su llevar a cabo su objetivo se hace de dos formas.  iniciando cuan el viento sopla y arrastra o barre partículas principalmente en suelos secos y recubierta de pequeñas partículas  procedentes de meteorización de rocas o depositadas en algún momento por el agua, las partículas son básicamente el barro , la arcilla y el limo los cuales son muy fácil de remover y transportadas en suspensión. La arena solo es movida si el viento es fuerte y se mueve lentamente.

Abrasión eólica o Corrosión. Se produce cuando el viento arrastra arena y polvo contra las rocas y el suelo. Se requiere del transporte de elementos cortantes por el viento.
Las partículas en reposo. El aire ejerce sobre una partícula en reposo tres tipos de presiones:
Una presión positiva sobre la parte situada frente a la dirección del viento y debida a la presión dinámica del fluido.
Una presión negativa sobre la parte opuesta a la dirección del viento y debida a las fuerzas de viscosidad.
Una presión negativa que actúa sobre la parte superior de la partícula y es debida a que la diferencia del viento entre la base y la parte superior de la partícula va acompañada de una disminución de la presión estática. Su resultante es una fuerza dirigida hacia arriba.
La erosión eólica empieza cuando esta fuerza es igual o superior al peso de las partículas del suelo El arrastre de las partículas sólidas por el viento depende estrechamente de la estructura del viento en la proximidad del suelo. El micro relieve produce movimientos en remolino en todas las direcciones que poseen velocidades variables La fuerza y el arrastre totales son función de la velocidad del viento y se comprende que exista, para un suelo determinado, una velocidad umbral del viento que inicie la erosión. Esta velocidad es función de la dimensión de las partículas, de su densidad y de su cohesión. El movimiento de reptación. Las partículas demasiado pesadas para ser elevadas pueden, sin embargo, ser puestas en movimiento por el impacto de las partículas que saltan, entonces son empujadas hacia la superficie del suelo.

El movimiento en suspensión. Cuando una partícula en agitación choca contra el suelo, puede hacer rebotar las partículas pulverulentas que emergiendo en la zona turbulenta, pueden elevarse a grandes alturas por corrientes ascendentes y quedar en suspensión. Es así como se forman las nubes de polvo que alcanzan frecuentemente alturas del orden de 3.000 a 4.000 metros

Aporte realizado por José Quintana

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